22 junio 2012

Mis musas


Yo no las espero.. y aparecen sorprendiendome, así como de la nada, son las que logran abrir mis ojos. Son mis musas. Puedo  buscarlas y esforzarme en hacerlas aparecer, pero la mayor cantidad de las veces vienen solas, acompañadas de uno o más sentimientos que casi siempre son buenos...

Las encuentro en todos lados, aunque solo mi cerebro las elige para que vivan ahí. Son las que algo me despiertan, las que algo me recuerdan, las que con algo puedo compartir. No importa si son hombres, mujeres, momentos o cosas.  No importa como hicieron captar mi atención. No importa donde las vi, si las conozco o no en persona, si se como las llaman… tienen magia y eso hace que se conviertan en mis musas.

Puedo hablarles y tener más ganas de saber sobre ellas. Puedo entender que no solo son mías sino que las comparto con los demás, tenemos las mismas musas sin saberlo.

Me pasa de ver a personas una o dos veces en la vida, magicamente se convierte en motivo suficiente para tener enormes ganas de escribir textos larguísimos sobre ellas… como hoy, como ahora. Pienso en las musas porque vi a una, porque el momento de calma, paz, tranquilidad y amor que emitieron fue lo más lindo que vi en el día, incluso en la semana.

Alguien pregunto hace un tiempo si las musas deben enterarse que cumplen ese papel en uno, y la verdad es que todavía estoy pensando la respuesta. Algunas de mis musas saben que lo son, otras intuyen lo obvio y las últimas son de un grupo más exclusivo, me quedo con el egoísmo de no contarles para que sigan con su vida sin saber lo que representan en mí.

En este texto no hablo de amor, tampoco estoy hablando de sexo,  de hecho estoy hablando de envidia porque me encantaría generar algo parecido en alguien. Tengo algunos talentos, pero claramente ese no.


Se que todos tienen musas y a mi me gustan las mías…



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